Otra
vez, ******María******
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SIN
PECADO CONCEBIDA: María Santísima, apareciéndose
en Lourdes, se negó a contestar sobre su identidad hasta el 25
de marzo, en que al fin declaró: “Yo soy la inmaculada Concepción”.
Y en 1830, siempre en Francia, en la aparición de la Virgen de
la Medalla Milagrosa, acaecida a la joven monja Catalina Labouré,
se formó un marco ovalado alrededor de María en cuya parte
superior podía leerse en letras doradas: “Oh María,
sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti” (...y
se lo dice la Mamá del Cielo -María Madre nuestra-. ¡así
será!).
SIEMPRE VIRGEN MARÍA: Según el evangelio apócrifo de Jacobo (Santiago)
el Menor -pariente de Jesús- (Apócrifo, quiere decir “secreto”,
“tenido escondido” y no necesariamente “no auténtico”,
“erróneo”, “herético” como lo entiende la Iglesia
Romana, en contraposición de aquellos canónicos), María concibió en estado
virginal a Jesús y permaneció virgen después del parto; el hecho milagroso
es la concepción inmaculada (sin semen humano), en cuanto al permanecer
virgen, aún después del parto, es una rareza contemplada por la ciencia
médica. De haber tenido otros hijos con José no habría sido nada de malo
(pecado), en cuanto se unieron en sagrado matrimonio, pero se debe creer
que José mantuvo la virginidad de María por respeto a Dios. Hecho impensable
en la cultura -lasciva- actual; con excepción de unas comunidades amish,
que hoy en día practican una relación entre esposos únicamente cuando
y con el fin de procrear un hijo, y de los quackeros que en el siglo pasado
se conservaban castos y adoptaban huérfanos y niños abandonados. Según
el evangelio apócrifo copto denominado “Historia de José el carpintero”,
los cuatro hijos del anciano José: Joseto (José ó Justo), Simeón (Simón),
Judas y Jacobo (Santiago), y las dos hijas Lisia (Asia) y Lidia, son el
fruto del anterior matrimonio de José; que enviudó y al cual fue sorteada
por un sacerdote -según un designo divino- la jovencita virgen María,
que haciéndose mujer ya no podía permanecer en el Templo (en el cual su
madre la había consagrado al Señor). De ser así, tienen razón los católicos
en afirmar “siempre virgen María” y tienen razón los protestantes
en afirmar (según los versículos bíblicos Mateo 13:55-56, Marcos 3:31-32
y Gálatas 1:19) que Jesús tenía hermanos (hermanastros) y hermanas (hermanastras).
María fue madre de estos hijos e hijas, como es Madre para nosotros; aunque
nosotros preferimos rezar “dulce Virgen María”. |