Esta
labor fue auspiciada por el Papa Juan Pablo II con las siguientes palabras:
“Deseo lo mejor para ustedes y para su proyecto, pues ya imagino cuán
difícil será la empresa” y prohibido sucesivamente por el
Vaticano, que procesó el Monseñor Marinelli (Satanás
me habló -a través de una hermana- diciéndome que no
se puede escribir toda la verdad, ¡pero no le creí!). Dejo la
palabra al primer vicario de Cristo: “Ha llegado el momento de que empiece
el juicio a partir de la Casa de Dios, que empieza por nosotros (1a. Pedro
4:17).
Ahí
va la arenga de la fiscalía: Hay testimonios que declaran que allí
-en el Vaticano- se celebran hasta misas negras como orgías, que las
prostitutas romanas entran en la “Santa” Sede disfrazadas de monjas (como
me atestiguó un romano en 1981), y que a los novicios sacerdotes les
es necesario ser homosexuales y acostarse con los jerarcas para hacer carrera;
mas en algunos casos estas conductas son denunciadas solamente con el fin
de cortar la carrera a otros. A un arzobispo africano exorcista -Monseñor
Milingo-, que había liberado del demonio a una monja (ésta última
tenía el vicio de la droga, fornicaba y también había
abortado un bebé) imponiéndole las manos y orando en el nombre
de Jesús, los cardenales corruptos le acusaron de ser un curandero
y un brujo.
Un
paréntesis: La Iglesia Católica somos todos, no solamente la
jerarquía, y ésto no quiere ser un escrito en contra del catolicismo;
pero, a los hermanos y hermanas católicas que hablan en contra de los
evangélicos (y viceversa), le voy a poner aquí -por entero-
las palabras del Maestro Jesús, para que recapaciten: “Maestro -intervino
Juan-, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre; pero como
no anda con nosotros, tentamos de impedírselo. No se lo impidan
-les replicó Jesús-, porque el que no está contra
ustedes está a favor de ustedes” (Lucas 9:49-50 - NVI).
Sin embargo, a menudo, la frialdad de la vida de algunos
prelados no los lleva a caer en determinados pecados materiales, la violencia
o ciertas relaciones prohibidas; su vida se acomoda y se satisface mejor con
la sed de poder, la ambición, el orgullo, el egoísmo y la avaricia.
Luego, y por otro lado, antes del comienzo de la II Guerra Mundial, Bernardino
Nogara (administrador de finanzas del Vaticano) empezó el Vaticano
a manejar con empresas lucrativas en distintos campos de la economía
italiana; particularmente en: energía eléctrica, comunicaciones
telefónicas, crédito y banca, compañías de ferrocarril
pequeñas, y en la producción de instrumentos agrícolas,
cemento y fibras textiles (...y la Caridad hacia los más necesitados,
¿qué?).
Sucesivamente el barón Francesco Maria Odasso, uno
de los legos más leales del Vaticano fue puesto al mando -por Nogara-
de una coalición de varias compañías textiles (¿será
para abaratar el costo de las togas cardenalicias?), Hasta que el Vaticano
logró controlar la SNIA-Viscosa e introducirse en varias industrias
textiles de otra forma (controlando indirectamente el sector de la moda italiana
...con razón Versace era “maricón”!); Como describe Nino Lo
Bello en su libro “El imperio del Vaticano”. Y esto actualmente continúa,
manejado por el “Opus Dei” ...la “Orga de dio$” - porque no es más
una “obra de Dios”- como desenmascaran -entre reglones- Pablo Rosendo González
y Hernán Brienza en la investigación exclusiva “OPUS: La conexión
argentina”, en la revista “3 PUNTOS” del 6 de abril del 2000. Y si, por lo
menos, fuera una”obra católica” no dejaría -aquí en Argentina-
desmoronarse las iglesias, como leemos en el libro de Víctor Sueiro
“Líbranos de mal”: “En la iglesia de san Miguel Arcángel,
a unos cincos metros de altura debieron extender una red -que cubre desde
el altar mayor hasta la mitad de la nave central- para proteger los fieles.
Los pedazos de mampostería se desprenden de las paredes y el techo,
y caen sobre esta red que es lo único que impide la tragedia. Al templo
de Nuestra Señora de la Merced se cae el revoque y se oxidan todos
los herrajes; al de San Pedro Telmo se le está pudriendo todo lo que
es de madera y se descascara la pintura; al de San Ignacio se le tapan los
desagües cloacales y tiene muchas filtraciones de agua en el techo; a
Nuestra Señora de Belén se le caen a pedazos el revoque y se
quemó la vieja instalación eléctrica; a la Montserrat
se le han roto casi todas las mayólicas y también tiene filtraciones
que arruinan las pinturas artísticas, al de...” etc. etc. ¿Qué
tal, “supernumerarios” de la Opus?
Pero
el Vaticano mide con otra vara -elástica-: El 17 de mayo de 1992 beatifica
Escriva de Belaguer (fallecido en 1975 ...y que se da vuelta en la tumba al
ver su creación en manos del poder masónico),con un acelerado
proceso que no tiene antecedentes y por el simple hecho de haber fundado la
Opus Dei en 1928; mientras que solamente en el 2002 se prevé lograr
santificar a Padre Pío, creador de la obra de asistencia al enfermo
no pudiente “Casa de Alivio del Sufrimiento”, que murió en 1968, luego
de una vida en la cual se reflejó la imagen fidedigna de Cristo -hasta
en las estigmas en manos y pies, y la transfixión en el costado- en
este pasado siglo. Fue el único sacerdote estigmatizado por 50 años
seguidos.