Argentina Privatizada o el inminente
canje de deuda por territorio.
Desde los centros de poder angloestadounidense surge una “nueva-vieja” idea para ejercer el dominio colonial en esta nueva etapa del nuevo orden mundial: volver a estructurar y utilizar a aquellas “Compañías” comerciales con las que la vieja Inglaterra pudo forjar buena parte de su imperio colonial en los siglos XVIII y XIX. Lo haría, por supuesto, de una manera infinitamente más sofisticada, efectiva y eficaz pero con objetivos casi idénticos a pesar de los siglos que los separa: lograr el dominio efectivo y concreto sobre territorios periféricos enteros en beneficio de las áreas centrales industriales del planeta globalizado.
La British East India Company
Apenas despuntaba el siglo XVI, cuando 218 caballeros y mercaderes
de la City londinense fundaron la “Compañía Británica de las Indias Orientales”
– en inglés, British East India Company - que recibió su cédula real de manos de
la Reina Isabel I, el 31 de diciembre del año 1600. Se pretendía así disputarle
a los holandeses el control del comercio de las especies en el Lejano Oriente.
Pronto, la “Compañía” se transformó en un verdadero gobierno colonial que se
dedicó a promover los objetivos políticos, económicos, financieros y militares
de la Corona Británica, estableciendo su dominio en Oriente que duraría más de
cuatro siglos. Los éxitos más notables de la “Compañía” como operador de la Gran
Bretaña tuvieron lugar en China, en la India – la mayor perla de la corona
inglesa - y en el Sudeste Asiático, gracias a los cuales el Imperio pudo
establecerse en lugares tan lejanos como Madrás, Calcutta, Ceylán (hoy Sri
Lanka), Birmania, Afghanistán y Shanghai, incluso fundando plazas militares como
las de Hong Kong, Singapúr y Port Arthur.
Según la descripción que brinda la
aún existente “East India Company” de Londres, nos enteramos que la misma fue
“la fuerza económica individual más poderosa que el mundo haya jamás visto”,
agregando que la Compañía, ”introdujo el té a los británicos, la lana a los
japoneses, las especies a (norte)América y el Caribe, la porcelana a los rusos,
el opio a la China y el (deporte del) polo a la India. Tuvo sus propios
ejércitos, armadas, monedas y poseyó territorios tan diversos como la
neoyorquina isla de Manhattan y el subcontinente de la India.(1)” Más de cuatro
siglos después de recibir su cédula real, la British East India Company hoy
promueve los intereses comerciales del Reino Unido y de la Corona, aprovechando
su añejo prestigio, y su “herencia sin igual con influencia sobre el mundo
comercial moderno; tal fue el poder, la autoridad y la diversidad de intereses
de la Compañía de las Indias Orientales en el pasado, cuyo nombre otorga
credibilidad a prácticamente cualquier producto o servicio en todo gran mercado
de consumidores...por cuanto une las grandes fuerzas de las asociaciones de
marcas comerciales británicas – su tradición, su lujo añejo y su clase impecable
– con el atractivo natural de los países exóticos, la navegación, los viajes y
la aventura”.
Es sabido que allá por 1835, llegando ya al pináculo de su
poderío, la “Compañía” impuso por la fuerza de las armas el opio al pueblo
chino, teniendo como agentes financieros a los bancos ingleses Jardine Matheson
y al Hong Kong & Shanghai Banking Corporation – el hoy tan conocido HSBC,
patriarca entre los bancos del narcolavado con el que ni siquiera el, hoy
también muy competente (en estas tareas), CitiCorp puede
rivalizar....
El Nuevo Modelo de Dominio
Salvando los enormes adelantos tecnológicos y el poder vastamente
superior del que hoy disponen los centros de poder del nuevo orden mundial,
pareciera que este antiguo modelo de dominio está por recibir una explícita
resurrección como entidad de administración integral de territorios coloniales.
Así, se adoptaría la vieja usanza del modelo colonial inglés, utilizado con
tanto éxito en lugares tan lejanos y vastos como la India y China - con el opio,
la heroína y la cocaína incluidos(2). Ello iría de la mano de las más modernas
tecnologías de punta, muchas de ellas aún muy secretas en su desarrollo y
fabricación.
Comprender esto ayudará a entender qué le está pasando – o,
mejor dicho, que le están haciendo ciertos operadores internos e instigadores
externos – a la Argentina. Por cuando pareciera que, por diversas razones,
nuestro país ha sido elegido muy especialmente como un leading case – una suerte
de “caso testigo” o conejillo de Indias (de las Indias Orientales, se entiende)
–, para reavivar este viejo modelo metodológico colonial. Puede inferirse que el
hecho de que se nos esté “honrando” de esta manera, forma parte del proceso de
escarmiento y castigo adicional que Argentina debe seguir sufriendo por nuestros
“pecados del pasado”, que han hecho del nuestro un país molesto, poco confiable
y potencialmente peligroso.
Efectivamente, “nuestro pasado nos condena”:
desde la política exterior independiente de Hipólito Yrigoyen en los años
veinte, luego nuestra neutralidad pro-alemana en los años treinta y cuarenta;
pasando por nuestras pretensiones de potencia regional bajo el gobierno de Juan
Perón en los años cincuenta y, finalmente, nuestro atrevimiento audaz e
insolente en las Malvinas hace exactamente veinte años, vienen encendiendo luces
amarillas – quizás con algún destello rojizo – en el tablero de poder mundial.
La decisión pareciera estar tomada: la Argentina debe ser debilitada, devastada,
doblegada y puesta de rodillas, y ello no conviene lograrlo con una intervención
directa militar o política – siempre tan odiosas cuando se las ve en los
noticieros de las 6 de la tarde -, sino a través de agentes locales alineados
con los intereses del nuevo orden mundial, convenientemente insertados y
enquistados en las estructuras del Estado.
Permítasenos hacer un breve
raconto de lo que decimos, partiendo de los eventos de los últimos meses que han
puesto al país al borde de una fractura social, institucional y territorial
catastrófica, gracias a la acción negligente, ignorante, obsecuente, y - en
algunos casos – cobarde y traidora, de nuestros más recientes gobernantes, cuyas
figuras máximas paradigmáticas son Carlos Menem, Domingo Cavallo, Fernando de la
Rúa y – tristemente – también Eduardo Duhalde.
Del default al concurso preventivo de
acreedores
Con la Argentina se está tramando un
nuevo experimento de laboratorio: como administrar el default o – mejor dicho –
como introducir el concepto de concurso preventivo de acreedores y posterior
quiebra dentro del ámbito del Estado-nación soberano. Esto puedo entreverse
claramente en un reciente artículo aparecido en el prestigioso e influyente
semanario londinense “The Economist”(3) , en el que se compara la situación de
la Argentina con la quiebra de la gigantesca empresa norteamericana Enron(4).
Haciendo un paralelo muy significativo, se propone introducir el concepto del
concurso preventivo de acreedores al Estado Nacional pero se lamenta The
Economist que, contrariamente a lo que ocurre en el ámbito privado nacional, el
ámbito público internacional aún carece de un marco legal e institucional
superior que permita administrar semejante “concurso y quiebra” de los estados.
Se necesita de la figura de una suerte de “juez de la quiebra” para poder
llevar este tipo de proceso adelante de manera “legal” (mas no legítima), con lo
que se propone reingenierizar a las instituciones actuales del Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y, posiblemente, el Banco Internacional de
Liquidaciones de Basilea, para que en su conjunto cumplan esa función. También
se le daría un rol más internacionalizado al Banco de la Reserva Federal (el
banco central mayoritariamente privado estadounidense) para que todas estas
instituciones actúen conjuntamente como un “adjudicador imparcial; el
equivalente internacional de un juez imparcial”. Así estos “jueces” externos
administrarían de la “mejor manera” (¿para quienes?) cómo disponer de los
“activos” del país que sea declarado “en quiebra”. Anne Krüger, sub-directora
ejecutiva del FMI viene haciéndose eco de estas ideas a lo largo de las últimas
semanas y lo expuesto explica porqué no hay “ayuda” financiera para Argentina,
hasta tanto “tengamos un plan sustentable” según las exigencias del Fondo que
bien sabe que la aplicación de las medidas que están exigiendo es socialmente
impracticable. Es que se nos quieren acorralar llevándonos al borde del abismo
para luego podernos declarar “en quiebra”(5). Todo pareciera confluir hacia ese
objetivo, incluídos los sesudos análisis y propuestas de nuestros “analistas”
internos y de las “voces autorizadas” como la de Rüdiger Dornbusch hace pocas
semanas sugiriendo que Argentina directamente debiera entregar el manejo de su
economía a operadores e instituciones extranjeras(6).
A modo de paralelo,
para tratar de salvarse la empresa privada Enron se está deshaciéndo de activos
para concentrar sus esfuerzos en sus negocios principales – en su core business
. Por eso venderá activos en distintos lugares del mundo como Brasil y Argentina
(donde es dueña junto con Pérez Companc de Transportadora de Gas del Sur y
también tiene una fuerte participación en la privatización de agua en la
provincia de Buenos Aires), venderá plantas en los Estados Unidos, echará a la
calle a decenas de miles de trabajadores y cerrará plantas, oficinas, negocios y
proyectos.
En este nuevo modelo planetario, ¿qué significa para el Estado
“deshacerse de activos”? Para hallar la respuesto, recordemos primero que cuando
ocurrió la anterior crisis de deuda en 1982 al declararse Méjico en default, al
año siguiente David Rockefeller le encomendó a Henry Kissinger formara una
“Comisión para la Deuda Externa Latinoamericana”, cuyo hombre técnico era Alan
Greenspan, entonces directivo del banco Morgan Guarantee Trust Company, y hoy
Gobernador del Banco de la Reserva Federal. En aquellos días, Greenspan
introdujo la idea de resolver el problema proponiendo canjear “deuda por
empresas públicas” (debt for equity), lo que pocos años después conocimos como
las privatizaciones en las que Argentina también fue un “leading case” a través
de la desregulación económica irrestricta llevada a cabo por Menem y Cavallo.(7)
Eso fue en los años ochenta y noventa. Ya más recientemente, desde el
Council on Foreign Relations se viene proponiendo un nuevo concepto: el de canje
de deuda por territorio. ¿Y que mejor activo puede disponer un país grande, rico
en recursos naturales y escasamente poblado como la Argentina que el de cambiar
deuda por territorio? Hoy somos apenas 37.000.000 de argentinos muy, muy mal
distribuidos en un territorio nacional que debiera tener al menos el doble de la
población. Por ejemplo, en la Patagonia Argentina la sumatoria de las
poblaciones de las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro
y Neuquén apenas si llega a 1.500.000 habitantes: un 4% de la población nacional
y menos que la de un partido del Gran Buenos Aires como el de La Matanza.
La
Patagonia Argentina es la candidata natural para hacer un amplio “megacanje
territorial”. Esto viene planificándose desde hace décadas. Recordemos la manera
extraña en que el ex-presidente Raúl Alfonsín promovió en los años ochenta el
traslado de la Capital Federal a Viedma(8) ; de un país con “dos capitales”, a
dos países distintos no hay demasiada distancia.
Si esto nos viniera
impuesto por los centros de poder y con la connivencia de los gerenciadores
locales y la acción psicológica de los multimedios monopólicos, ¿qué podrían
hacer los Argentinos que no estuviéramos de acuerdo con semejante locura? ¿Qué
capacidad de defensa tenemos hoy sobre nuestras fronteras y sobre nuestra
integridad territorial? Es un hecho tristemente concreto que gracias a Alfonsín,
a Menem y a De la Rúa, hoy la Argentina carece de fuerzas armadas creíbles que
puedan siquiera pensar en neutralizar la fractura territorial que ya se avizora
en el horizonte.
Es más: ¿Será una de las funciones de esa futura “República
Patagónica” la de recibir fuertes contingentes de poblaciones de otras partes
del mundo dentro de la reingeniería demográfica que se planifica en el CFR, que
podría promoverse desde el Banco Mundial y la ONU y ejecutarse a través de un
nuevo conjunto de gerenciadores locales hábilmente catapultados al gobierno que
accederían a “concesionar” gigantescas parcelas de territorio según describimos
más abajo en este artículo? ¿Tendrá esa “República Patagónica”, en la que ya
llevan invertidos sigilosamente tantos millones y millones de dólares los Ted
Turner, los George Soros, los Benetton, los Tomkinson y muchas empresas
transnacionales, la misión de, entre otras cosas, recibir “refugiados” altamente
educados, calificados y cultos desde, por ejemplo, el Medio Oriente para que
puedan iniciar una “nueva vida” en esas tierras prometidas del Sur Argentino?
Esta idea fue concebida y propuesta hace ya más de un siglo en Europa por el
pensador Theodor Herzl, fundador del movimiento nacional sionista(9) , y el
diario “El Cronista Comercial” en su edición del 18 de marzo de 2002 se hace eco
de esta propuesta cuando indica en un artículo titulado “Deuda por Territorios”
la propuesta de un asesor de Duhalde (ver más abajo) de canjear deuda por
tierras públicas diciendo que “La idea es transformar el default en inversión
directa y que los acreedores se conviertan en propietarios de terrenos donde
podrían desarrollar proyectos industriales, agrícolas o inmobiliarios. Así, se
reduce la deuda y a la vez se reactiva la economía… Podría haber candidatos
sorprendentes: durante el mandato de Alfonsín, los japoneses estudiaron un plan
maestro de inversión en tierra argentina para facilitar la emigración. Y en
alguna ocasión se lo plantearon en Israel.” (10)
No vaya a creer el lector,
sin embargo, que somos un caso aislado: los propios centros del poder mundial
bien saben que la experiencia argentina es crucial para poder luego “gerenciar”
la crisis financiera planetaria que ya hoy entra en una etapa de creciente e
inminente colapso. Nuestro “caso” no es el resultado de que “los Argentinos son
así porque les gusta”, como nos espetó socarrona y sobradoramente el secretario
del tesoro estadounidense, Paul O’Neill. Argentina es hoy la punta del témpano
de todo un sistema mundial que se encamina hacia una implosión generalizada y
crecientemente violenta de la cuál el colapso de las torres gemelas del World
Trade Center neoyorquino quizás sea apenas una metáfora presagiadora de futuras
catástrofes y colapsos financieros planetarias... (11)
Hagámos un rápido
raconto de algunos de los hitos principales de esa gran crisis mundial que viene
afectando al orden público y privado en los últimos años:
AÑo / Evento
1982 ·
Ago:Méjico entra en cesación de pagos; la “bomba de
la deuda latinoamericana” · 1983: Conferencia en Vail, Colorado, EEUU en la que
Rockefeller-Kissinger-Greenspan proponen el concepto de “deuda a cambio de
empresas públicas”, luego conocido como “privatizaciones”.
1985 · Finlandia:
colapso sistema bancario (similar a nuestrocorralito)
1987 · Oct: Caída de la Bolsa de
Nueva York · Quiebra de cientos de financieras en EEUU (las Savings & Loans
associations) durante la gestión Reagan-Bush – Neil Bush, hijo del entonces
vicepresidente y hermano del actual presidente, George W. Bush, era alto
directivo de una de la grandes financieras, Jefferson Savings & Loans
Assoc.· Quiebra del Continental Bank of Chicago· Colapso del imperio mediático
de Robert Maxwell en Inglaterra por fraude.
1988 · Lloyds of London – comienza
una crisis que durará más de una década en la más antigua corporación de seguros
y reaseguros del mundo debido a errores técnicos en sus reservas de siniestros;
o sea mal risk management en un sector que se dedica, precisamente, al risk
management....
1989 ·Caída Muro de Berlin – Fin de la bipolaridad; profundizaciòn del
actual modelo de globalización neoliberal.
1990
· Japón entra en una recesión que lleva más de 12
años. Crisis de su sistema bancario.
1991· Guerra del Golfo contra Iraq· Auto-disolución de la
Unión Soviética
1992 · Sept: Reino Unido: Quiebra de la estabilidad de la Libra Esterlina dentro
del sistema monetario europeo a raíz de las especulaciones de George Soros
(CFR)
1993 · Rusia:
Agudización de la crisis económica y social. Dominio de las mafias· Pan American
World Airways – quiebra· Eastern Air Lines – quiebra
1994 · Oct: Crisis financiera y de
deuda pública estructural en Méjico – Efecto “tequila” · Brasil:
(hiper)inflación
1995 · Mar: colapso del Banco Baring en el Reino Unido (absorbido por el
holandés ING)
1996 · Graves crisis estructurales de deuda en:o Corea del Sur, o
Tailandiao Taiwán
1997 · Graves crisis estructurales de deuda en:o Indonesia (Suharto), o
Malasia (instigada por George Soros),o Perú (hiperinflación)o Singapúr · Caída
de Long Term Capital Management (segundo mayor fondo de inversiones de Estados
Unidos – salvataje de la Reserva Federal en más de u$s 2.000 millones)
1998· Graves crisis
estructurales de deuda:o Russiao Ucrania, o Ecuador· Graves crisis de deuda del
Condado Orange en California (quiebra a raíz e inversiones en bonos basura) y de
la poderosa Metallgesellschaft AG de Alemania
1999· Crisis estructural de deuda
pública en Brasil (Enero) · Guerra de la OTAN contra Serbia
2000· Inicio de Recesión en los
Estados Unidos· Agravamiento de la crisis de deuda argentina · Ecuador:
dolarización · fraude electoral en Estados Unidos con la elección de George W
Bush· Caída de las aseguradoras HIH (Australia) y Reliance National (Estados
Unidos)
2001 · Graves
crisis estructurales de deuda pública en:o Argentina, o Turquía, · Colapso de la
mega corporación Enron; arrastra a la auditora Arthur Andersen que también
desaparece del mapa, · Quiebra de la aseguradora inglesa The Independent,
calificada bien hasta pocos días antes por las principales calificadoras de
riesgo. · Quiebra y salvataje de Swissair· Quiebra de la aerolínea belga Sabena,
· Crisis de Aerolineas Argentinas,
2002· Colapso argentino · Colapso de Arthur Andersen
The Patagonia Company, Inc
En el ámbito de la red de centros de planeamiento del nuevo orden
mundial —con el CFR como eje fundamental— se diseñan los nuevos entes
administradores de esos “activos” del Estado argentino que pasarían a manos de
nuestros acreedores. Probablemente, debería cobrar forma como una nueva figura
político-económica-jurídica internacional, constituida por conglomerados de
grandes empresas e instituciones multilaterales. Una suerte de joint-venture o
UTE (unión transitoria de empresas, aunque ésta poco tendría de “transitoria”)
compuesta previsiblemente por gigantes energéticos como ExxonMobil, British
Petroleum, Repsol-YPF, Texaco y Shell; junto a megabancos como el CitiGroup, JP
Morgan Chase, Goldman Sachs, Merrill Lynch y el tan experimentado HSBC; junto a
industrias de defensa estadounidenses y europeas como Lockheed, General
Electric, General Dynamics, United Technologies, Boeing, Halliburton y British
Aerospace; operando mancomunadamente con las potenciadas estructuras del Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial y agencias gubernamentales como la
National Security Agency, la CIA, y los ministerios de defensa y del tesoro
estadounidense, algún representante del Estado Argentina (para guardar las
formas), entre muchos otros, para “administrar” — en bien de la “humanidad” y de
“esos tontos argentinos” que no saben cómo ordenar sus propias vidas, se
entiende— nuestros valiosos y casi infinitos recursos.
Todo obedeciendo a
una certera y muy experimentada planificación emanada desde los centros de poder
con sus “bancos de cerebros”, notablemente, los think tanks del Council on
Foreign Relations (Nueva York), Royal Institute of International Affairs y
Tavistock Institute (Londres) y la Trilateral Commission, entre otros.
Sería,
por ejemplo, una concesión similar a las de las autopistas y aeropuertos pero de
una dimensión infinitamente más vasta y ya no por 20 o 30 años, sino por 100 o
200 años, y para entonces ya el Gobierno Mundial estará firmemente atrincherado
si se cumple su planificación y reingenierización del planeta entero.
Probablemente no se llegue a arriar la bandera argentina, por la sencilla razón
de que ello sería deschavarse en forma demasiado abierta. A cambio, nos
condonarán un 30, 40 – incluso un 50 - por ciento de nuestra “deuda pública” y
permitirán que la “Argentina residual” pague lo que quede de alguna manera un
poco más cómoda. El alivio financiero y económico se sentirá rápidamente en
Buenos Aires, Córdoba y Rosario; ¡hasta pueden llegar a levantar el corralito!
Pero la Argentina habrá dejado de ser una Nación íntegra.
Aparte, esta gente
poco cree en las banderas, ya que ellos mismos quizás no tengan ninguna bandera
para izar en reemplazo de la argentina por cuanto estamos hablando de una
entidad supranacional carente de Patria. Lo que sí seguramente veremos surgir es
el logotipo de Patagonia, Inc., que será diseñado por marketineros de primer
nivel de las agencias publicitarias de Madison Avenue en Nueva York o Fleet
Street en Londres, que darán a esa nueva Compañía una imagen agradable y
aceptable, al estilo McDonalds, Benetton o Coca-Cola... Siempre “focalizados en
el cliente”, ya que el concepto de ciudadano será superfluo.
¿Veremos
entonces a la ignorante – si no algo peor – corporación de los políticos que hoy
siguen ocupando y usurpando el Estado acordar un nuevo “megacanje” (o debiéramos
decir un “recontramegacanje”), esta vez a favor de ese futuro joint-venture
supranacional de Patagonia, Inc? ¿Tendrá esa nueva entelequia del nuevo orden
mundial su sede corporativa en algún rascacielos de Nueva York o logia de
Londres?
Los argentinos ya han sido víctimas del eufemístico “corralito”
—porque en verdad se trata de una “confiscación”—: hoy se han quedado con
nuestro dinero; mañana, si seguimos por el camino que llevamos, se quedarán con
la escritura de nuestras casas, pues el territorio sobre el que estamos
asentados y el Estado que avala esas escrituras pasarán a manos de algún
mega-joint-venture transnacional. Cuando queramos realizar algún trámite o
vender nuestra propiedad, ¿habrá entonces que ir a hacer cola en su head office
en Nueva York? ¿Nos atenderán? ¿Nos dejarán disponer de nuestras propiedades o
se repetirá lo de los bancos hoy? Piénselo. No se quede dormido. Todavía hay
tiempo para reaccionar y hacer algo al respecto.
El operativo ya estÁ en marcha
Como corolario de lo que decimos, resulta muy sugestiva una noticia
publicada en el diario “El Cronista Comercial” (12) de Buenos Aires en primera
página bajo el título “Un lobista de Duhalde sugiere canjear deuda por tierra
pública”. Nos enteramos que el estadounidense Norman Bailey(13), asesor externo
de Duhalde y quien le organizara su viaje a Washington en Agosto 2001 se reunió
con el presidente a principios de Marzo y le entregó un informe “desplegando
algunas de las propuestas que despertaron el interés presidencial. Entre ellas
figuran como tratar con los organismos internacionales, además de cuestiones
sobre seguridad [e inteligencia]. En cuanto a la deuda pública, el mensaje de
Bailey es que puede utilizarse como catalizador de inversiones las tierras
fiscales....En la Argentina no quedan muchos activos por vender, pero aun se
pude armar un esquema de canje de deuda usando tierras fiscales y activos
provinciales, explicó Bailey a El Cronista. La extensión de las tierras fiscales
– propiedad del Gobierno – sin uso supera el tamaño de Italia.....el Gobierno
podría establecer una Corporación Nacional de Desarrollo capitalizada con esas
tierras públicas....La Corporación canjearía esos activos por bonos de deuda
presentados por inversores interesados, que podrían destinarlos a usos
industriales, agrícolas e inmobiliarios” (14)
Por otra parte y gracias a la
alerta lanzada por la trágicamente fallecida periodista santacruceña Liliana
Venanzi desde su programa en Radio 21 de Caleta Olivia, Santa Cruz, y a través
de un mensaje por el correo electrónico bajo el título “SOS Patagonia”, nos
enteramos que la consultora empresaria Jorge Giacobbe & Asociados de Buenos
Aires realiza una encuesta en la provincia de Chubut por cuenta y orden de una
supuesta “empresa privada europea que desea conocer si los argentinos están
realmente dispuestos a cumplir sus compromisos y la seguridad jurídica y
política que le ofrece cada una de las provincias en las cuales piensa realizar
una importante inversión”, manteniendo el “secreto comercial y profesional”
respecto de la entidad de tal empresa.
Según indica Liliana Venanzi y luego
corrobora Juan Gabriel Labaké en su informe sobre la entrevista que mantuvo el
15-Abr-02 con Jorge Giacobbe, titular de dicha consultora, el tenor de algunas
preguntas de dicha encuesta apuntan a que tal “empresa privada” o bien no existe
y se trata en realidad de algún ente o agencia del nuevo orden mundial como el
FMI, el Banco Mundial, la CIA, el Mossad o el MI6; o quizás algun gobierno
exttranjero; o sino de alguna empresa que actúa por cuenta y orden de tales
instancias.
Decimos esto por cuanto algunas preguntas son claramente de
índole geopolítica y poco o nada tienen que ver con objetivos comerciales. Demos
algunos ejemplos de las preguntas (15) que integran dicho
cuestionario:
· Pregunta 12: “¿Estaría de acuerdo
con que la Argentina entregue los derechos sobre sus territorios en la Antártida
para cancelar totalmente la deuda externa del país?”
(Comentario: El Tratado
Antártico de 1961 renovado en 1991, superpone el sector Antártico argentino con
el chileno y el británico. En 2001, el “gobierno” de De la Rúa levantó la mitad
de nuestras pocas bases en el continente blanco “por razones presupuestarias”).
· Pregunta 14: “¿Estaría de acuerdo con ceder territorios fiscales en Chubut
para cancelar la deuda pública provincial?”
(Comentario: esto se ensambla a
la perfección con la propuesta del asesor de Duhalde, el estadounidense Norman
Bailey).
· Pregunta 15: “¿Estaría de acuerdo en la unificación de Río Negro,
Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego en una sola provincia o región?”
(Comentario: paso importante hacia la creación de una nueva y única
jurisdicción patagónica. Preguntamos: ¿Será su futura capital Viedma, según
prepararon y sueñan los alfonsinistas? ¿Será el relieve mediático que beneficia
al gobernador Kirschner un ejercicio de posicionamiento del futuro gobernador o
incluso presidente de Patagonia?)
· Pregunta 16: “¿Cuál es su posición
respecto de la propuesta de que Argentina sea administrada económicamente por un
funcionario del FMI o de algún otro organismo internacional?”
(Comentario:
ensambla a la perfección con las propuestas de Rudiger Dornbusch, Anne Krüger y
Paul O’Neill, entre muchos otros).
· Pregunta 17: “Debido a la situación de
crisis que vive la Argentina, ¿desea irse del país?”
(Comentario: es sabido
que cuando se toma posesión de una propiedad, se la quiere “libre de intrusos”,
o al menos lo más libre de “intrusos” posible....).
Innegablemente,
nuestra Argentina pasa por un momento de graves peligros. Hoy, más que nunca, se
necesita de una dirigencia lúcida, valiente y decidida para defender el
patrimonio nacional. Hoy más que nunca urge desplazar a lo usurpadores que han
copado el Estado en el Ejecutivo, Legislativo y en la Justicia, y que operan a
favor de los intereses del nuevo orden mundial a nivel nacional, provincial y –
en algunos casos – municipal.
Si The New York Times lo dice…
Un último comentario. Quienes siguen de cerca los lineamientos
geopolíticos estadounidense y su política exterior, sabrán que a menudo el
prestidioso matutino neoyorquino, The New York Times, suelen preanunciar esas
políticas, por cuanto es un vocero absolutamente integrado dentro de la
estructura de poder privadas del Nuevo Orden Mundial. Es así que sus máximas
instancias directivas, gerenciales, accionistas y de redacción provienen en sus
puntos clave del Council on Foreign Relations, la Trilateral Commission y otros
centros de planeamiento geopolítico que operan en red con los mismos.
Resulta interesante entonces comprobar que en su edición del 27 de Agosto de 2002, el
New York Times publica un artículo con el elocuente titular “Algunos en
Argentina ven la Secesión como respuesta al peligro económico”. Esta artículo es
un excelente ejemplo de cómo se posiciona una idea insólita, por cuanto a través
de una serie de “entrevistas” y sondeos, llega a la conclusión que la secesión
de la Patagonia sería un mecanismo para resolver el problema de la deuda
externa”. Utiliza reiteradamente la palabra “secesión” que aunque no tiene un
contenido muy fuerte entre nosotros, en inglés y en Estados Unidos tiene una
alta carga emotivo (recordemos que su guerra civil del siglo XIX se la conoce
como la “Guerra de la Secesión” cuyos rastros aun hoy se comprueban entre los
estados del sur de Estados Unidos, muchos de los cuales siguen utilizando la
Bandera de la Confederación del Sur como segunda divisa. El MSRA pone a
disposición del lector la traducción completa de este artículo en su sitio en
Internet: www.msra.com.ar (sino pedirla a
asalbuchi@infovia.com.ar).
Claramente, la única opción consiste en restaurar del Estado Soberano para
que – como dice el Martín Fierro - de una vez por todas “venga a estas tierras
un gaucho a mandar!”. Urge la fundación de la Segunda República
Argentina.